Zaragoza te va a relajar

Zaragoza palpita a ritmo de corriente de agua, el agua purificadora, relajante que revitaliza tu cuerpo y calma el espíritu.

Después de una larga noche de marcha el cuerpo lo resiente y nos pide a gritos que le demos mimos, que nos tomemos una día de descanso.

Zaragoza es la ciudad del agua, así lo demostró en la Expo 2008, y ¿Qué hay más revitalizante que hidratar tu cuerpo? Prepárate, te vas a relajar...

La cara es una de las partes del cuerpo que más se envejece y perjudica debido al viento, al cansancio, a la exposición del sol...Si no quieres que la diversión te pase factura y quieres pasar 45 minutos de intensa relajación te proponemos que para empezar este día de relax un tratamiento facial hidratante en el centro de belleza Cesinhe, que por gracias a medios estrictamente naturales: agua, jazmín...te dejan la piel totalmente hidratada.

Nuestro cuerpo se resiente, aparecen puntos de tensión, cansancio, dolor articular, contraccturas...el agua actúa de manera eficaz para liberar el estrés y ofrecernos un sensación única de ingravidez. Para remediarlo Zaragozate oferta una gran variedad de spas urbanos que te ofrecen un servicio completo y a buen precio sin necesidad de desplazarte.

Después de esta sesión de belleza proseguimos relajándonos en esta ciudad que invita a la calma. Zaragoza es una urbe de pequeñas dimensiones que, aunque nos ofrece todas las comodidades propias de la ciudad, nos ofrece un ambiente tranquilo, sin ruidos, sin grandes aglomeraciones y con numerosos espacios verdes, como el Parque Grande, nuestra próxima parada. Este es un espacio único en cualquier estación, con varios jardines:la Rosaleda, el Jardín de Invierno, Neptuno, el Jardín Botánico...Tumbate en el césped, cierra los ojos y desconecta del mundo disfrutando de los sonidos del campo dentro de la ciudad.

Por la tarde acercate a Ranillas, no olvidarás la puesta de sol. El sol tiñe de rojo el río Ebro, y más arriba el cielo contiene todos los colores que un pintor querría en su paleta. El agua otra vez nos ha servido como un eficaz calmante de espíritu.